Como condición, el ejecutivo ha impuesto que ambas entidades funcionen de manera independiente durante al menos tres años. Por su parte, el Consejo de Administración de Sabadell ha buscado activamente hacer fracasar la OPA. Entre sus maniobras defensivas, vendió su filial británica TSB a Banco Santander por 3,100 millones de euros y prometió una remuneración récord para sus accionistas.

La estructura de propiedad de Sabadell, con una multitud de inversores donde ninguno posee más del 7%, hace impredecible el resultado final de la oferta.