El testamento del diseñador Giorgio Armani, fallecido a los 91 años, ha revelado un sorpresivo plan para el futuro de su imperio de la moda. Tras décadas de defender su independencia, las directrices póstumas establecen una venta gradual de la compañía a un gran conglomerado de lujo o una eventual salida a bolsa. El plan, detallado en dos documentos escritos a mano por el propio Armani, marca un punto de inflexión para la casa de moda valorada en unos 12 mil millones de euros. El testamento estipula que, un año después de su apertura, se deberá vender el 15% del grupo en un plazo máximo de 18 meses. Posteriormente, en un periodo de entre tres y cinco años, se cederá una participación adicional de entre el 30% y el 54.9% al mismo comprador. Como alternativa, si la venta no se concreta, se contempla la salida a bolsa de la firma en un plazo máximo de ocho años. Esta decisión representa un cambio radical respecto a la filosofía que Armani mantuvo en vida, resistiéndose a vender o cotizar en bolsa a diferencia de muchas otras casas de lujo italianas y francesas.
El documento nombra explícitamente a los gigantes LVMH, EssilorLuxottica o L'Oréal como compradores preferentes.
La Fundación Giorgio Armani, creada en 2016 para preservar su legado, recibirá el 100% de las acciones y supervisará el proceso, en el que su socio Pantaleo Dell'Orco y sus sobrinos desempeñarán roles clave. La estructura busca evitar disputas familiares y asegurar una transición ordenada que garantice la competitividad de la marca en un sector cada vez más dominado por grandes conglomerados.
En resumenEl testamento de Giorgio Armani marca un hito para su icónica casa de moda, estableciendo un camino claro hacia la venta parcial o una Oferta Pública Inicial. Esta decisión póstuma busca asegurar la continuidad y competitividad del imperio en un sector consolidado, poniendo fin a una era de independencia y abriendo la puerta a una nueva estructura de propiedad.