En una declaración contundente, Oliu afirmó: “Esta OPA, que nació muerta, solo le queda una cosa: que la entierren los accionistas”. El rechazo se fundamenta en que la prima ofrecida por BBVA es considerada negativa, lo que implicaría un perjuicio para los casi 196 mil accionistas de Sabadell si aceptaran el canje de acciones propuesto. Además, el consejo cuestionó las proyecciones de sinergias y los riesgos asociados a la exposición de BBVA en mercados emergentes como México y Turquía, donde la volatilidad cambiaria podría impactar negativamente el capital del grupo resultante. Tras la negativa, BBVA dispone de un plazo de diez días, hasta el 7 de octubre, para decidir si mejora su oferta, ya sea aumentando el precio o reduciendo el umbral mínimo de aceptación. Mientras tanto, Sabadell reafirma su compromiso con su estrategia independiente, priorizando la creación de valor para sus accionistas frente a la presión del mercado.