Este movimiento estratégico se concretó tras la adquisición del 30.29% que poseía el fondo de pensiones Previ por un monto de 1,880 millones de euros. La operación ha sido respaldada por la agencia de calificación S&P Global Ratings, que reafirmó el rating 'BBB+/A-2' del grupo con perspectiva estable. Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, destacó que esta adquisición "reduce la fuga de caja del grupo y genera sinergias de costes y gobernanza". Esta compra se suma al reciente aumento de participación al 100% en su filial estadounidense Avangrid, reforzando la estrategia de Iberdrola de centrarse en mercados regulados y en el crecimiento de energías renovables y redes eléctricas. Neoenergia es una pieza clave para Iberdrola en América Latina, ya que suministra electricidad a cerca de 40 millones de brasileños y cuenta con una vasta infraestructura de distribución y transporte, además de 3,800 MW de generación renovable. S&P proyecta que el EBITDA ajustado de Neoenergia representará entre el 12% y 15% del grupo en 2025. A pesar de los beneficios, la agencia advierte sobre el riesgo país en Brasil, que está más expuesto a intervenciones políticas que otros mercados estratégicos para la compañía como Estados Unidos o el Reino Unido.