A cambio, OpenAI obtiene el capital y el acceso a los chips avanzados necesarios para mantener su dominio en un sector cada vez más competitivo. El acuerdo implica dos transacciones entrelazadas: OpenAI pagará a Nvidia en efectivo por los chips, mientras que Nvidia invertirá en OpenAI a cambio de acciones no preferentes. La inversión inicial de 10,000 millones de dólares se realizará sobre la valoración reciente de OpenAI de 500,000 millones de dólares. El plan es desplegar al menos 10 gigavatios de sistemas Nvidia, comenzando con el primer gigavatio en la segunda mitad de 2026 utilizando la plataforma Vera Rubin de nueva generación. Sam Altman, CEO de OpenAI, declaró que “la infraestructura de computación será la base de la economía del futuro”. La noticia impulsó las acciones de Nvidia y generó optimismo en los mercados, al tiempo que intensifica la competencia con otros gigantes tecnológicos como Google, Meta y Apple. Sin embargo, la alianza plantea interrogantes sobre cómo se financiará el resto de los costos de los centros de datos, el camino de OpenAI para convertirse en una entidad con fines de lucro y el posible escrutinio de las autoridades antimonopolio.