Aunque Buffett ha elogiado a BYD como una "empresa extraordinaria", también ha manifestado que la industria automotriz es "demasiado difícil".

La salida de un inversionista tan influyente deja a BYD en una posición más vulnerable, justo cuando enfrenta una caída en sus ganancias trimestrales y un entorno comercial cada vez más hostil a nivel global.