En julio de 2024, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) había ordenado una suspensión temporal por irregularidades. Aunque se levantó en octubre, la confianza del mercado se vio afectada y, en diciembre, las acciones de la empresa se desplomaron cerca de un 70% en cuestión de horas, con una pérdida de valor de más de 7 mil millones de pesos. Tras este “daño irreparable”, como lo calificó la propia empresa, se aceleró el proceso de desliste. Al dejar de ser una empresa pública, Elektra ya no estará obligada a transparentar su situación financiera, lo que ocurre en un momento en que las empresas de Salinas Pliego enfrentan litigios por adeudos fiscales con el SAT que superan los 74 mil millones de pesos, así como disputas con acreedores en Estados Unidos.