La oferta de BBVA, que finalizará el 10 de octubre, consiste en un canje de una de sus acciones por cada 4.8376 acciones de Sabadell. Para que la adquisición sea exitosa, BBVA necesita la aceptación de más del 50% de los accionistas, un umbral que los directivos de Sabadell, como el CEO César González-Bueno, consideran “imposible” de alcanzar. González-Bueno ha señalado que el ritmo de participación de los accionistas minoristas en la oferta se está desacelerando. Si BBVA no alcanza el 50% pero supera el 30%, podría legalmente lanzar una segunda oferta en efectivo, aunque sus directivos han declarado que no contemplan esa opción, lo que añade más tensión al desenlace de una de las operaciones bancarias más relevantes de Europa.