Telefónica, conocida en México como Movistar, ha concretado un paso más en su estrategia de desinversión en Hispanoamérica al completar la venta de su filial en Uruguay a la empresa Millicom. Este movimiento forma parte de un plan más amplio para reducir su presencia en la región y enfocar sus recursos en sus cuatro mercados principales: España, Alemania, Reino Unido y Brasil. La operación en Uruguay, donde Telefónica operó por 20 años, se cerró por aproximadamente 440 millones de euros, lo que permitió a la compañía española reducir su deuda financiera neta en unos 384 millones de euros.
Esta venta se suma a desinversiones previas en países como Perú y Argentina.
La estrategia de la compañía evidencia una reconfiguración significativa en el panorama de las telecomunicaciones de América Latina, abriendo la puerta a la consolidación por parte de otros actores regionales. En este contexto, ha surgido un notable interés en los activos de Telefónica en Chile, donde la mexicana América Móvil, controlada por Carlos Slim, y la empresa chilena Entel han firmado un memorando de entendimiento para explorar una posible oferta conjunta.
Aunque el acuerdo permite a ambas partes presentar ofertas individuales, la posible alianza podría redefinir el competitivo mercado chileno.
Mientras tanto, el futuro de las operaciones de Movistar en México sigue en el aire, con reportes que indican que la compañía también busca una salida, posiblemente a través de una venta a Beyond One, la empresa matriz de Virgin Mobile Latinoamérica.
En resumenLa venta de la filial de Telefónica en Uruguay a Millicom y las negociaciones para sus activos en Chile confirman la retirada estratégica de la compañía española de Hispanoamérica. Este reajuste está reconfigurando el sector de las telecomunicaciones en la región, creando oportunidades para la consolidación de operadores locales y regionales como América Móvil y Entel, quienes buscan expandir su dominio en mercados clave.