En respuesta, la firma estadounidense habría comunicado que no seguiría adelante con la transacción. Sin embargo, la SAMR afirma que Qualcomm completó la adquisición en junio de este año sin informar a la autoridad, un hecho que la propia compañía habría reconocido. Esta omisión llevó a Pekín a abrir formalmente la investigación para determinar si la compra viola la ley de competencia china. La noticia provocó una caída de más de un 5% en las acciones de Qualcomm, en un contexto ya tenso por las amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de aumentar los aranceles contra China. La investigación representa un nuevo capítulo en la guerra tecnológica y comercial entre ambas potencias, donde las aprobaciones de fusiones y adquisiciones se han convertido en una herramienta de presión geopolítica.