La alianza, que opera desde hace casi nueve años bajo un acuerdo de inmunidad antimonopolio, permite a ambas compañías coordinar rutas, precios, horarios y capacidad en los vuelos entre México y Estados Unidos como si fueran una sola entidad. Sin embargo, el DOT, bajo la administración de Donald Trump, argumentó que la empresa conjunta limita la competencia y ha decidido no renovar su autorización. Esta medida forma parte de una serie de acciones más amplias contra la aviación mexicana, citando problemas de competencia y la pérdida previa de la Categoría 1 en seguridad aérea por parte de México. En su apelación, presentada ante el Tribunal de Apelaciones del Undécimo Circuito, las aerolíneas calificaron la decisión del DOT como “injustificada e inconsistente con la realidad del mercado actual”.

Sostienen que la alianza ha generado beneficios tangibles para millones de pasajeros, como una mayor conectividad, mejores tarifas y más opciones de vuelos directos. De hecho, argumentan que la disolución implicaría la cancelación de 24 rutas y una reducción de capacidad en otras 10. La resolución de este conflicto legal podría sentar un precedente importante para otras alianzas aéreas internacionales y afectaría directamente el turismo y el comercio bilateral, dado que ambas aerolíneas dominan cerca del 30% del tráfico aéreo entre ambos países.