La calificadora Fitch Ratings describió la situación como una “corrida bancaria”, donde la salida masiva de depósitos fue provocada por el daño reputacional y la pérdida de confianza. Ante esta crisis, Kapital Bank adquirió una “parte significativa” de las operaciones de Intercam, con el objetivo de estabilizar el negocio. Se informó que Kapital Bank inyectará 100 millones de dólares para fortalecer la operación de los activos adquiridos y asegurar el cumplimiento de las obligaciones con clientes e inversionistas. La presidenta Claudia Sheinbaum comentó sobre el caso, afirmando que el gobierno estadounidense “no nos enviaron documentación, pruebas suficientes” para respaldar las acusaciones de lavado de dinero. A pesar de ello, la presión regulatoria y la reacción del mercado obligaron a Intercam a buscar una venta parcial para garantizar su viabilidad.

La operación es parte de una reconfiguración mayor en el sector financiero mexicano, donde otras entidades señaladas por Estados Unidos, como CIBanco y Vector, también han tenido que liquidar o vender sus activos.