La estructura accionaria principal la encabezan el Fideicomiso Azcárraga (15.6%), Dodge & Cox (11.1%) y Fintech Holdings Inc.

(8.9%).

El movimiento se produce en un contexto adverso para Televisa, que recientemente reportó una pérdida neta de 1,911 millones de pesos y una caída del 4.8% en sus ingresos, lastrada principalmente por su división satelital, Sky. Para calmar a los mercados, la propia televisora enfatizó que “el señor Tricio también manifestó que no tiene intención de adquirir influencia significativa en la compañía”, lo que sugiere que se trata de una inversión patrimonial y no de una toma de control. Analistas como Roberto Solano, de Monex, han calificado la operación como un “voto de confianza empresarial”, destacando el potencial de la televisora de cara al Mundial de Fútbol de 2026. Otros, como Felipe Mendoza de ATFX Latam, consideran la compra una buena estrategia de negocios, dado que las acciones de Televisa cotizaban en mínimos históricos, representando una oportunidad de compra a bajo precio.