Kenvue, que posee un amplio portafolio de marcas reconocidas como Tylenol, Listerine y Band-Aid, ha enfrentado un año volátil.
Su valor accionario se vio afectado negativamente por afirmaciones sin evidencia científica que vincularon el acetaminofén, ingrediente activo de Tylenol, con el autismo. Sin embargo, tras el anuncio de la compra, las acciones de Kenvue repuntaron un 15%, mientras que las de Kimberly-Clark descendieron más del 10%, alcanzando su nivel más bajo desde 2018. La adquisición representa un movimiento estratégico para Kimberly-Clark, que busca diversificar su negocio más allá del mercado de higiene y cuidado personal para expandirse hacia el sector de salud del consumidor. Aunque el acuerdo aún está sujeto a la aprobación de los reguladores, se espera que transforme de manera significativa la industria global de bienes de consumo, creando un nuevo gigante con un portafolio diversificado que abarca desde productos de cuidado personal hasta farmacéuticos de venta libre.













