Con esta operación, Tricio se posiciona como el cuarto o quinto mayor accionista, superando a fondos institucionales como BlackRock.

Analistas del mercado han interpretado este movimiento como un “voto de confianza empresarial” en el valor a largo plazo de Televisa, especialmente ante la proximidad de eventos de gran impacto económico y publicitario como la Copa del Mundo de 2026. La compra se produce poco después de que Televisa reportara una pérdida neta trimestral, lo que refuerza la percepción de que la inversión de Tricio es una apuesta por la recuperación y el potencial futuro del conglomerado de medios.