Meta Platforms ha logrado una victoria judicial histórica después de que un juez federal de Estados Unidos desestimara la demanda antimonopolio presentada por la Comisión Federal de Comercio (FTC), que buscaba obligar a la compañía a deshacerse de sus adquisiciones de Instagram y WhatsApp. El fallo representa un duro golpe para los esfuerzos regulatorios de Washington por controlar el poder de las grandes empresas tecnológicas. La demanda de la FTC, iniciada en 2020, argumentaba que Meta había mantenido un monopolio ilegal en el mercado de las "redes sociales personales" a través de una estrategia de "comprar o enterrar" a sus competidores, materializada en las adquisiciones de Instagram en 2012 por 1,000 millones de dólares y de WhatsApp en 2014 por 19,000 millones.
Sin embargo, el juez James Boasberg dictaminó que la FTC no logró demostrar que Meta ostenta actualmente un poder monopólico.
La decisión se basó en una definición más amplia del mercado competitivo, en la cual el juez incluyó a plataformas como TikTok y YouTube como rivales directos. Boasberg argumentó que tanto Facebook como Instagram han evolucionado para priorizar el video de formato corto, compitiendo directamente con la oferta de estas plataformas, lo que debilita la tesis de un monopolio. Este fallo subraya la enorme dificultad que enfrentan los reguladores para impugnar retroactivamente fusiones aprobadas hace años y evidencia cómo la rápida evolución del panorama digital puede redefinir la competencia, haciendo complejo probar un dominio de mercado sostenido en el tiempo.
En resumenEl fallo a favor de Meta protege su estructura actual, incluyendo Instagram y WhatsApp, y establece un precedente desafiante para los reguladores antimonopolio en Estados Unidos, al reconocer la intensa competencia de nuevas plataformas como TikTok y YouTube en el ecosistema de las redes sociales.