La medida afectaría a 1,463 fracciones arancelarias, que representan importaciones por 52 mil millones de dólares.

En el caso de los autos ligeros, el arancel pasaría de un rango del 15-20% al 50%, el máximo permitido por la Organización Mundial del Comercio (OMC). Esta decisión llega en un momento en que las marcas chinas ya ocupan cerca del 30% del mercado de autos ligeros en México.

La presidenta Claudia Sheinbaum defendió la medida, asegurando que no busca generar un conflicto. "Estamos hablando con los embajadores, no queremos ningún conflicto con ningún país", afirmó Sheinbaum, añadiendo que se realizó un estudio detallado para evitar un impacto inflacionario.

Sostuvo que la política responde al "Plan México" para fortalecer la producción nacional y no a presiones de Estados Unidos. Por su parte, el portavoz de la Cancillería china, Lin Jian, declaró que su país "se opone firmemente a cualquier coerción" y espera que México contribuya a la recuperación económica global en lugar de adoptar medidas proteccionistas.