Este martes, antes de partir hacia Reino Unido, Trump declaró: “Hemos acabado con tres barcos, de hecho, y no dos”. Dirigiéndose al gobierno de Nicolás Maduro, añadió: “Dejad de enviar drogas a Estados Unidos. Dejad de enviar a miembros del Tren de Aragua a nuestro territorio”. Esta afirmación sigue a dos ataques confirmados previamente: uno el 2 de septiembre que, según Trump, dejó once muertos, y otro comunicado el lunes que resultó en la muerte de tres “narcoterroristas venezolanos”. El gobierno de Venezuela ha calificado estas operaciones como una “agresión militar en curso”.

La legalidad de los ataques ha sido cuestionada incluso dentro de Estados Unidos, donde congresistas han señalado la falta de base legal para bombardear buques que no son “objetivos militares”. Mike Vigil, exjefe de Operaciones Internacionales de la DEA, fue más allá, afirmando en una entrevista que “para utilizar fuerza letal contra lanchas que no están amenazando a los buques navales.

Eso es un asesinato.

Criminal”.

Vigil también cuestionó que las embarcaciones estuvieran vinculadas al Tren de Aragua o que transportaran drogas, sugiriendo que podrían haber sido migrantes.