El incidente afectó a los sistemas de registro de pasajeros y equipaje, obligando al personal a realizar procedimientos manuales. El ataque, que comenzó el viernes por la noche, fue dirigido al proveedor de software Collins Aerospace, responsable del sistema MUSE utilizado para la facturación y el embarque en aproximadamente 170 aeropuertos a nivel mundial. El aeropuerto de Bruselas confirmó un "ciberataque" que tuvo "consecuencias importantes en el programa de vuelos", mientras que Heathrow y Berlín reportaron un "problema técnico" con un proveedor externo. Como resultado, los pasajeros enfrentaron largas filas de hasta tres horas en Heathrow, mientras que en Bruselas, el 91% de los vuelos sufrieron retrasos. Eurocontrol, el organismo de supervisión aérea europeo, recomendó a las aerolíneas cancelar la mitad de sus vuelos para mitigar el impacto. Este evento subraya la creciente vulnerabilidad del sector aéreo, que según el grupo Thales, ha visto un aumento del 600% en ataques de ransomware entre enero de 2024 y abril de 2025. Collins Aerospace afirmó que el impacto "se limita al registro electrónico de clientes y al depósito de equipajes" y que están trabajando para resolver el problema lo antes posible.