El primer ministro Benjamín Netanyahu calificó el reconocimiento como un "enorme premio al terrorismo" y prometió oponerse firmemente a la creación de un Estado palestino, declarando: "No se establecerá un Estado palestino al oeste del río Jordán".

Además, amenazó con una "respuesta" tras su participación en la ONU y su próxima reunión con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Desde Washington, la postura ha sido crítica, con congresistas republicanos calificando la medida como una "señal de virtud vacía" que recompensa la violencia.

Este realineamiento diplomático evidencia una fractura en el consenso occidental y anticipa una semana de altas tensiones en el máximo foro global.