Esta medida ha generado controversia al contradecir el consenso científico y las recomendaciones médicas actuales.

El propio presidente Trump anticipó la noticia declarando que sería "uno de los anuncios más grandes, médicamente, creo, en la historia de nuestro país". El anuncio, que será presentado por el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., sugerirá que investigaciones preliminares relacionan el uso del analgésico de venta libre con un mayor riesgo de trastornos del espectro autista (TEA) si se consume en las primeras etapas del embarazo.

Sin embargo, esta afirmación choca con la evidencia científica robusta.

Un estudio de 2024 que analizó a 2.4 millones de niños suecos no encontró ninguna asociación entre el paracetamol y el riesgo de autismo, TDAH o discapacidad intelectual. Organismos como el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos han sostenido que el acetaminofén es "uno de los pocos analgésicos seguros para las embarazadas". La empresa Kenvue, fabricante de Tylenol, expresó su profundo desacuerdo y preocupación por el riesgo para la salud que esta desinformación supone. Melissa Witt, portavoz de Kenvue, declaró: "Creemos que la ciencia independiente y sólida demuestra claramente que tomar acetaminofén no causa autismo". A pesar del aumento en los diagnósticos de autismo en las últimas décadas, la comunidad científica atribuye este fenómeno a una combinación de factores genéticos y ambientales, así como a la ampliación de los criterios de diagnóstico, y no a una causa única como el consumo de un medicamento.