UU. por "difamación y daño moral", elevando la tensión entre el conglomerado y el gobierno federal. El conflicto tiene su origen en un litigio en Nueva York, donde la jueza Andrea Masley declaró en desacato a Salinas Pliego por la venta de la telefónica Iusacell a AT&T en 2014, presuntamente sin informar sobre deudas fiscales que la compañía arrastraba. Ante el incumplimiento de un pago de 20 millones de dólares a AT&T, la jueza emitió una orden de arresto que obligó al empresario a cubrir una fianza para no ser encarcelado en Rikers Island. La presidenta Sheinbaum abordó el tema en su conferencia matutina, afirmando que se trataba de una "defraudación" y, en un tono coloquial, le dijo: "Toma chocolate, paga lo que debes a todos, también otras deudas que tienen por ahí".

La reacción de Grupo Salinas fue inmediata y contundente. A través de un comunicado, el grupo empresarial calificó a la presidenta de "gobiernícola" y advirtió que evaluaría acciones legales por difamación y daño moral. "Mentir cuesta y tiene consecuencias, más aun cuando se trata de una funcionaria pública", sentenció la compañía, que también enfrenta reclamos del SAT en México por 74 mil millones de pesos y de tenedores de bonos de TV Azteca.