Sin embargo, palestinos liberados denunciaron torturas en las cárceles israelíes, describiéndolas como "un matadero".

El presidente Trump, presente en la región para supervisar el acuerdo, pronunció un discurso en el parlamento israelí, la Knéset, donde declaró el fin de la "larga y dolorosa pesadilla". A pesar del cese de hostilidades, la tensión persiste, ya que fuerzas israelíes realizaron incursiones en Cisjordania tras la liberación, atacando viviendas de algunos de los palestinos excarcelados.