La violencia política en México ha cobrado una nueva víctima con el asesinato de Gabriela Mejía Martínez, exalcaldesa de Cuauhtémoc, Colima, y actual regidora. El ataque armado, ocurrido la tarde del martes, ha generado una ola de condenas a nivel nacional y subraya la crisis de seguridad que afecta a figuras públicas en diversas regiones del país. El atentado tuvo lugar en la colonia El Cariño, cuando Mejía, de 38 años, viajaba en una camioneta junto a su hermano, quien también resultó herido y, según algunos reportes, falleció posteriormente. Hombres armados a bordo de una motocicleta interceptaron el vehículo y abrieron fuego. La Fiscalía General del Estado (FGE) de Colima informó que ya inició una carpeta de investigación con perspectiva de género. La gobernadora de Colima, Indira Vizcaíno, expresó su repudio y exigió a la fiscalía una investigación "exhaustiva y expedita".
El líder nacional del PRI, Alejandro Moreno, también condenó el crimen, describiendo a Mejía como una "mujer valiente, entregada al servicio del pueblo" y exigiendo que el crimen no quede impune.
El asesinato de Mejía, quien recientemente había dado a luz a su segundo hijo, se suma a un preocupante historial de violencia política en Colima. Es relevante señalar que durante su campaña por la reelección en 2024, la propia Mejía había denunciado públicamente ser víctima de hostigamientos por parte de miembros de Morena y de la policía estatal, lo que añade una capa de complejidad a la investigación sobre los posibles móviles del crimen.
En resumenGabriela Mejía, exalcaldesa y actual regidora de Cuauhtémoc, Colima, fue asesinada a balazos junto a su hermano. La FGE de Colima investiga el crimen con perspectiva de género, mientras que la clase política nacional, incluyendo la gobernadora Indira Vizcaíno y el líder del PRI, Alejandro Moreno, ha condenado el ataque y exigido una investigación exhaustiva para llevar a los responsables ante la justicia.