Al llegar al Hospital General, denunciaron que fue abandonada en un pasillo sin recibir asistencia médica. La manifestación, que comenzó pacíficamente, se tornó violenta cuando un grupo de personas incendió un puesto ambulante, rompió vidrios y causó daños en las instalaciones del hospital.

Los hechos provocaron severas afectaciones viales en la zona. Los manifestantes reiteraron que su acción fue una respuesta a la “omisión institucional y a la falta de protocolos de atención médica digna para personas trans”. Tras la protesta, la Secretaría de Salud informó que se revisarían los procedimientos del hospital y que Ericka finalmente habría sido atendida. El incidente ha reavivado el debate sobre la discriminación en el sistema de salud y la necesidad de implementar protocolos con perspectiva de género y derechos humanos en los hospitales públicos del país.