Días después, fue detenido el presunto autor intelectual, Rigoberto N, alias "El Pantano".

El cuerpo de Bravo, presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán (ACVA), fue encontrado sin vida con impactos de bala dentro de su vehículo en el municipio de Apatzingán. Su asesinato ocurrió semanas después de que denunciara públicamente las extorsiones y amenazas que sufren los agricultores por parte de grupos criminales, quienes imponen cuotas para permitir la venta y distribución del cítrico. Bravo era una voz firme que exigía seguridad para los jornaleros, precios justos y un mercado ordenado, oponiéndose a los intermediarios abusivos.

El fiscal de Michoacán, Carlos Torres Piña, reveló que el líder limonero ya había solicitado protección y se le había asignado un vehículo blindado, aunque no lo utilizaba al momento del ataque.

La muerte de Bravo, cuyo padre también fue un líder del sector asesinado hace una década, subraya la peligrosa situación en la Tierra Caliente, donde organizaciones como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y La Nueva Familia Michoacana controlan amplias zonas agrícolas. Posteriormente, fuentes federales informaron la detención de Rigoberto N, alias "El Pantano", miembro de Los Blancos de Troya, señalado como el autor intelectual del homicidio y encargado del cobro de piso a los limoneros desde el municipio de Cenobio Moreno.