Los crímenes, perpetrados por comandos armados, evidencian la grave situación de inseguridad que afecta a diversas regiones del país.
En Salina Cruz, Oaxaca, fue asesinado a balazos Noé Pérez Urquidi, secretario general del sindicato Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM).
El ataque ocurrió a plena luz del día en el estacionamiento de la plaza comercial Pabellón, cuando el líder sindical se disponía a subir a su camioneta.
Testigos relataron que intentó huir, pero fue alcanzado por sus agresores.
Pérez Urquidi era una figura relevante en la región, encargado del acarreo de material para la obra del rompeolas del gobierno federal. En Iguala, Guerrero, fue hallado sin vida Antonio Abad Bravo Salgado, exalcalde de Teloloapan y operador político de la senadora de Morena, Beatriz Mojica.
Su cuerpo fue encontrado degollado en su departamento.
Este es el segundo militante afín a la senadora asesinado en el mes en Iguala. Por su parte, en Michoacán, fue asesinado Roberto Ramírez Zárate, síndico municipal de Penjamillo. El funcionario de 38 años fue encontrado sin vida dentro de su vehículo en la carretera Numarán-El Palmito.
Según los primeros reportes, fue interceptado por un comando que lo atacó a tiros mientras regresaba a su domicilio.
El fiscal del estado, Carlos Torres Piña, informó que ya existen varias líneas de investigación, aunque la alcaldesa no había reportado amenazas previas contra el síndico.













