El gobernador calificó la situación como "narcoterrorismo".

Además de las víctimas mortales, se reportaron 81 detenidos y el decomiso de un arsenal que incluía 75 fusiles de asalto. La operación ha sido la más letal en la historia de Río de Janeiro, superando la registrada en 2021 que dejó 28 muertos. La acción policial ha generado un fuerte impacto en la vida de los residentes, con escuelas y centros de salud cerrados, y ha reavivado el debate sobre la eficacia y las consecuencias de este tipo de operativos en las favelas.