La medida afecta a Aeroméxico, Volaris y Viva Aerobus, con rutas suspendidas a destinos como Houston, McAllen y San Juan, y la cancelación de 11 nuevas rutas programadas. La presidenta Sheinbaum defendió la soberanía de México, afirmando que el cambio de operaciones de carga se realizó por motivos de seguridad ante la saturación del AICM y que las aerolíneas, incluidas las estadounidenses, "están felices" operando en el AIFA. La mandataria instruyó al canciller a solicitar una reunión con autoridades de EE.

UU. para revisar la decisión, sugiriendo que podría haber intereses políticos o económicos detrás.

El impacto económico potencial es significativo; el exsecretario de Turismo, Miguel Torruco, estimó pérdidas superiores a 266 millones de dólares, mientras que la Concanaco Servytur advirtió sobre afectaciones al turismo de negocios, especialmente de cara al Mundial de 2026.