La novena angelina, que enfrentaba la eliminación, logró silenciar al público canadiense y empatar el Clásico de Otoño a tres victorias por bando. La victoria de los Dodgers se gestó gracias a una sólida actuación del lanzador japonés Yoshinobu Yamamoto, quien contuvo a la ofensiva de Toronto durante seis entradas permitiendo solo una carrera. El despertar ofensivo de Los Ángeles llegó en el tercer inning, cuando Mookie Betts, quien había tenido una serie discreta, conectó un sencillo clave que impulsó dos carreras, rompiendo un empate y dándole a su equipo una ventaja que no perderían. El final del partido fue de máxima tensión: en la novena entrada, los Blue Jays colocaron corredores en segunda y tercera sin outs, amenazando con empatar o ganar el juego. Sin embargo, el relevista Tyler Glasnow logró un elevado al cuadro y posteriormente una línea al jardín izquierdo que se convirtió en un doble play para sellar la victoria. Este resultado obliga a un partido de todo o nada, el 41º Juego 7 en la historia de la Serie Mundial. Los Dodgers buscarán convertirse en el primer equipo en ganar campeonatos consecutivos desde los Yankees en el año 2000, mientras que los Blue Jays intentarán romper una sequía de 32 años sin título.

El duelo monticular para la final enfrentará al veterano Max Scherzer por Toronto y al fenómeno japonés Shohei Ohtani por Los Ángeles.