El ajuste tarifario se produce tras negociaciones con los concesionarios, quienes habían amenazado con realizar bloqueos para exigir un incremento. Con la nueva tarifa, el costo para microbuses y vagonetas es de 7.50 pesos para los primeros 5 km, 8.00 pesos de 5 a 12 km, y 9.00 pesos para más de 12 km. Los autobuses de corredores tendrán una tarifa única de 9.50 pesos. A cambio del aumento, los transportistas se comprometieron a cumplir una serie de reglas para mejorar el servicio, entre las que se incluyen portar uniforme (pantalón oscuro y camisa blanca), mantener las unidades limpias, retirar vidrios polarizados y asegurar el correcto funcionamiento de cámaras y botones de auxilio.

Sin embargo, la medida ha generado escepticismo entre los usuarios, quienes dudan que la calidad del servicio mejore. César Cravioto, titular de la Secretaría de Gobierno, reconoció que el aumento no permitirá una renovación inmediata de la flota vehicular, pero insistió en que se verán mejoras a corto plazo en el trato a los usuarios y las condiciones de las unidades. A pesar del incremento, las autoridades defienden que la CDMX sigue teniendo una de las tarifas más económicas del país en comparación con ciudades como Monterrey y Guadalajara.