Periodistas como José Ramón Fernández lo recordaron como una figura clave de los años 80, 90 y 2000, afirmando que “movía los hilos de varios clubes mexicanos, directivos y hasta periodistas”.
Su nombre estuvo indisolublemente ligado a Cruz Azul durante la gestión de Guillermo “Billy” Álvarez.
Se le atribuyó la intervención en la llegada de jugadores como Christian “Chaco” Giménez y entrenadores como Enrique Meza y Robert Dante Siboldi.
Exjugadores como Francisco Palencia lo describieron crudamente: “Él imponía técnicos y fichajes con una llamada”.
Investigaciones periodísticas y declaraciones de exdirectivos como Víctor Garcés revelaron que Hurtado operaba “comités paralelos” dentro de los clubes para aprobar contratos y transferencias, y que auditorías internas en Cruz Azul detectaron movimientos financieros no justificados por cientos de millones de pesos durante su periodo de influencia. Su figura fue criticada por su presunto papel en el “Pacto de Caballeros”, pero su capacidad de negociación también fue vista por algunos como visionaria. Su muerte marca el fin de una era donde el poder en el futbol mexicano se ejercía lejos de los reflectores.










