La NFL se encuentra de luto tras el trágico fallecimiento de Marshawn Kneeland, ala defensiva de los Dallas Cowboys, a la edad de 24 años. El equipo confirmó la noticia la mañana de este jueves, apenas tres días después de que el joven jugador anotara su primer touchdown como profesional en el partido del lunes por la noche contra los Arizona Cardinals. Según un comunicado del Departamento de Policía de Frisco, Texas, la muerte de Kneeland fue el resultado de un aparente suicidio. El incidente ocurrió después de que el jugador evadiera a las autoridades en una persecución vehicular la noche del miércoles.
Los agentes perdieron de vista su vehículo, pero lo encontraron accidentado más tarde.
Durante la búsqueda, se recibió información de que Kneeland “había expresado ideas suicidas”.
Aproximadamente tres horas después del accidente, fue encontrado sin vida en un baño portátil con “una herida de bala autoinfligida”. El equipo de los Cowboys expresó su profunda tristeza en un comunicado: “Marshawn era un compañero muy querido y un miembro valioso de nuestra organización.
Nuestros pensamientos y oraciones están con su novia Catalina y su familia”. Su agente, Jonathan Perzley, también lamentó la pérdida, describiendo a Kneeland como un joven con un gran “talento, espíritu y bondad”. Jugadores, exjugadores y equipos de toda la liga, así como su alma máter, Western Michigan, expresaron sus condolencias, mientras que algunos, como Lane Johnson, hicieron un llamado a prestar atención a la salud mental en el deporte.
En resumenLa muerte de Marshawn Kneeland ha conmocionado a la comunidad de la NFL, no solo por la pérdida de un joven talento, sino también por las trágicas circunstancias que la rodearon. Su fallecimiento, catalogado como suicidio, subraya la importancia de la salud mental entre los atletas profesionales y deja un profundo vacío en su equipo y en el deporte.