En su discurso inaugural, el nuevo mandatario cuestionó directamente el legado de los gobiernos anteriores: “¿Dónde está el gas? ¿Dónde está el litio?
Nos prometieron un mar de gas.
Evo, ¿dónde está el litio? Arce, ¿dónde está el gas?”.
Con ello, denunció una “crisis energética que golpea a las familias” y prometió un “capitalismo para todos”.
La investidura contó con la presencia de varios presidentes de la región, como Javier Milei de Argentina y Gabriel Boric de Chile, así como del subsecretario de Estado de EE.
UU., Christopher Landau, lo que evidencia el nuevo rumbo diplomático.
Paz anunció que restablecerá las relaciones a nivel de embajadores con Washington, rotas desde 2008. “Eso significa retomar relaciones con Estados Unidos como lo haremos con otras naciones, que bajo el dogmatismo ideológico nos ha aislado a los bolivianos”, afirmó.
El nuevo gobierno enfrenta enormes desafíos, incluyendo una inflación interanual del 19%, escasez de dólares y combustibles, y la necesidad de construir coaliciones en un legislativo fragmentado.













