La última moneda fue acuñada ceremonialmente en Filadelfia, donde se han producido desde 1793.

A pesar del cese de su fabricación, el centavo seguirá siendo moneda de curso legal. Se estima que hay alrededor de 300,000 millones de centavos en circulación, una cantidad considerada más que suficiente para el comercio. El Departamento del Tesoro espera que esta medida genere un ahorro de 56 millones de dólares anuales para los contribuyentes. La icónica moneda, reconocible por su color cobrizo y el retrato del presidente Abraham Lincoln, ahora pasará a la historia, aunque la Casa de la Moneda continuará produciendo versiones numismáticas en cantidades limitadas para fines de colección.