El sacerdote Ernesto Baltazar Hernández Vilchis, de 43 años y párroco en Tultepec, fue encontrado sin vida en un canal de aguas negras del municipio de Nextlalpan, Estado de México, 14 días después de su desaparición. La Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) confirmó que el cuerpo corresponde al del clérigo y detuvo a una pareja, Brandon Jonathan “N” y María Fernanda “N”, como presuntos responsables de su desaparición y homicidio. Las investigaciones revelaron que el 29 de octubre, el sacerdote acudió a un domicilio en Tultitlán en compañía de una mujer, donde se encontraba Brandon Jonathan “N”. En el lugar convivieron consumiendo bebidas alcohólicas y estupefacientes.
En un momento de la reunión, Brandon “N” presuntamente agredió al sacerdote con un objeto punzocortante, causándole la muerte. Posteriormente, con ayuda de su pareja sentimental, María Fernanda “N”, ocultaron el cuerpo en bolsas de plástico, lo amarraron a un sillón y lo arrojaron al canal. La investigación avanzó gracias al rastreo del vehículo de la víctima, que fue captado por cámaras dirigiéndose a Hidalgo, acompañado de una motocicleta. Al localizar al dueño de la motocicleta, este declaró habérsela prestado a Brandon “N”.
Un cateo en el domicilio del sospechoso reveló pertenencias del sacerdote y rastros de sangre. Tras la detención de la pareja, estos indicaron el lugar donde abandonaron el cuerpo, el cual fue identificado mediante pruebas genéticas.
Brandon Jonathan “N” ya contaba con antecedentes penales por robo con violencia.
En resumenLa búsqueda del sacerdote Ernesto Baltazar concluyó de forma trágica con el hallazgo de su cuerpo y la detención de dos presuntos responsables. La investigación de la fiscalía mexiquense apunta a un homicidio ocurrido durante una convivencia que escaló en violencia, seguido de un intento por ocultar el crimen.