Este anuncio se produce en un contexto de creciente presencia militar estadounidense en la región, que incluye el despliegue del portaaviones USS Gerald R. Ford. Desde agosto, las fuerzas armadas estadounidenses han ejecutado más de una veintena de ataques cinéticos letales contra supuestas narcolanchas, resultando en la muerte de cerca de 80 personas. El Comando Sur difundió un video de su más reciente ataque, ocurrido el 10 de noviembre, en el que cuatro tripulantes fueron "asesinados". La ofensiva ha sido fuertemente condenada por el gobierno de Venezuela.
El presidente Nicolás Maduro la calificó como un "pretexto para intervención" y lanzó una pregunta retórica: "¿Queremos otra Gaza ahora en Suramérica?".
La tensión se agudiza con informes de que Trump se reunió con el Pentágono para discutir "una variedad de opciones" de acción militar adicionales referentes a Venezuela, manteniendo una "ambigüedad estratégica" sobre sus futuros pasos. La Casa Blanca ha señalado directamente a Maduro por presuntamente liderar redes de narcotráfico, acusaciones que el mandatario venezolano niega mientras activa comandos de defensa en su país.













