Estas acciones son vistas por Caracas como una provocación directa y una amenaza a la soberanía regional.
El Secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, declaró que el Cártel de los Soles, que según Washington es liderado por el "ilegítimo Nicolás Maduro", será clasificado como FTO por su presunta responsabilidad en "violencia terrorista" y tráfico de drogas hacia Estados Unidos y Europa. Esta medida permitiría la aplicación de sanciones más severas y reforzaría las órdenes de captura.
El anuncio se produce en un contexto en el que EE.UU. ya había elevado la recompensa por Maduro a 50 millones de dólares. Simultáneamente, el Comando Sur de EE.UU. confirmó la llegada del portaaviones USS Gerald R. Ford al Caribe, como parte de la operación "Southern Spear", con el objetivo declarado de "combatir las amenazas transnacionales" y el narcotráfico. Este despliegue es el más grande en la zona en décadas y ha sido calificado por el gobierno venezolano como una antesala para una posible intervención militar. Nicolás Maduro ha respondido convocando a movilizaciones "permanentes" en seis estados del este del país y ha clamado por ayuda al pueblo estadounidense, mientras su canciller agradeció a Irán por advertir sobre las consecuencias del despliegue militar.
La situación se agrava con los reportes de ataques cinéticos letales por parte de fuerzas estadounidenses contra presuntas narcolanchas en aguas internacionales del Pacífico y el Caribe, resultando en la muerte de varios tripulantes.













