Está bien para mí.
Lo que sea necesario para detener las drogas”. Añadió que “estaría orgulloso de hacerlo” para “salvar millones de vidas”. Estas declaraciones representan una escalada en la retórica de Washington y se dan en el marco de la “Operación Lanza del Sur”, que ha incrementado la presencia militar estadounidense en la región, generando también tensiones con Venezuela. Trump justificó su postura aludiendo a la crisis de drogas en su país y expresó su descontento con la cooperación actual, afirmando: “No estoy contento con México”. Previamente, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, había rechazado la posibilidad de una intervención extranjera, enfatizando que existe un acuerdo de seguridad bilateral basado en el respeto a la soberanía y la cooperación sin subordinación. La postura de Trump contrasta con elogios anteriores hacia la administración de Sheinbaum y se alinea con los esfuerzos de su gobierno por catalogar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, lo que legalmente permitiría un mayor rango de acciones militares.













