La detención se produjo después de que se detectara que el exmandatario intentó alterar la tobillera electrónica que monitoreaba su paradero mientras cumplía prisión domiciliaria. Bolsonaro, quien enfrenta una condena de 27 años de cárcel por conspirar para impedir la asunción de Luiz Inácio Lula da Silva en 2022, fue trasladado a un complejo de la Policía Federal en Brasilia. El juez a cargo, Alexandre de Moraes, argumentó que el intento de romper el dispositivo de rastreo demostraba la “intención del condenado de asegurar el éxito de su fuga”.
En un video divulgado por la corte, se ve a Bolsonaro admitir con aparente desenfado haber usado un soldador en el dispositivo por “curiosidad”. La decisión del juez también fue motivada por una manifestación convocada para este sábado por su hijo, el senador Flávio Bolsonaro, en las inmediaciones de la residencia del expresidente. Moraes calificó la convocatoria como “una estrategia para posibilitar la fuga”, facilitada por la “confusión” que causaría la protesta.
Bolsonaro se encontraba en arresto domiciliario desde el 4 de agosto, una medida impuesta por obstruir el proceso en su contra. Sus abogados habían solicitado que cumpliera su pena en casa por razones humanitarias, citando su delicado estado de salud debido a las secuelas de una puñalada recibida en 2018. Sin embargo, la manipulación del dispositivo de monitoreo precipitó su encarcelamiento preventivo. Aliados del exmandatario han calificado la detención como una “injusticia” y un “golpe” contra el líder de la derecha brasileña.













