Tras seis años de espera, la nueva temporada, producida por el estudio J.C.

Staff, no ha cumplido con las altas expectativas del público, especialmente en comparación con la primera temporada, animada por Madhouse en 2015 y considerada una obra maestra visual.

Los espectadores han señalado errores como escenas estáticas, movimientos rígidos y una dirección de acción que no captura la fluidez y el dinamismo del manga de Yusuke Murata. Una escena del segundo episodio, en la que el personaje Garou se desliza por una pendiente de forma poco natural, se volvió viral y generó memes y apodos como “One Frame Man”.

La situación escaló a un nivel de toxicidad que llevó al director Shinpei Nagai a abandonar el ojo público. Antes de cerrar su cuenta, Nagai había admitido con humildad las limitaciones del proyecto: “Probablemente no lleguemos al nivel de la primera temporada, eso lo sé.

Pero pusimos toda nuestra determinación y esfuerzo en esta serie”.

Sin embargo, el acoso continuó, y en su mensaje de despedida calificó el comportamiento de algunos seguidores como “despreciable e imperdonable”, afirmando que continuar en ese entorno era “insostenible”.