La trama de la segunda temporada se vuelve más compleja, con Maxine buscando consolidar su poder, Evelyn Rollins (Janney) enfrentando el declive de su privilegio y Linda Shaw (Dern) actuando como la conciencia moral fuera de la burbuja de opulencia. El creador y showrunner, Abe Sylvia, describió la temporada como una “sátira feroz sobre el poder y la hermandad femenina”, con una inspiración visual y narrativa de cineastas como Jacques Demy y Pedro Almodóvar, lo que le da a la serie un toque teatral y musical. La producción, que recibió 11 nominaciones a los Emmy por su primera temporada, continúa utilizando el pasado como un espejo para reflexionar sobre las obsesiones contemporáneas con el estatus y la aceptación.