El golpe le causó un “considerable corte” y un sangrado evidente que alarmó a sus compañeros.

El árbitro, Luis Enrique Santander, mostró inicialmente una tarjeta amarilla, pero tras percatarse de la gravedad de la herida, rectificó y expulsó a Lozano. El exárbitro Fernando Guerrero calificó la acción como una “ROJA clarísima”.

Ramos permaneció varios minutos en el césped mientras era atendido por el cuerpo médico, que finalmente le colocó un vendaje y una gorra de natación para asegurarlo. Demostrando su carácter, el campeón del mundo regresó al campo para disputar los últimos minutos.

Aunque pudo finalizar el partido, se informó que necesitará una revisión médica y tendrá aproximadamente seis días para recuperarse antes del próximo compromiso de Monterrey.