Su vuelta es vista como un impulso crucial para una ofensiva que busca recuperar su dinamismo en un partido clave para sus aspiraciones de playoffs.

El mariscal de campo estuvo ausente durante tres partidos debido a una lesión en el tendón de la corva. Aunque parecía listo para jugar la semana anterior, el equipo optó por otorgarle más tiempo de recuperación para asegurar que estuviera en óptimas condiciones. Para el enfrentamiento del jueves por la noche, Jackson no tiene reporte de lesión, confirmando su regreso a la titularidad. Su reincorporación es calificada como una “actualización importante” para la ofensiva de Baltimore. En los cuatro partidos que disputó antes de la lesión, acumuló 10 pases de touchdown y solo una intercepción, además de sumar 166 yardas por tierra. Su versatilidad y capacidad para correr representan una amenaza constante para cualquier defensiva, especialmente para la de los Dolphins, que se ubica como la quinta peor de la NFL para frenar el juego terrestre. Se espera que su presencia no solo revitalice el ataque por tierra, sino que también mejore el juego aéreo del equipo, que no ha logrado superar las 233 yardas en los últimos tres encuentros.