El incidente ocurrió al minuto 61, cuando el marcador ya era adverso para los lusos. El VAR alertó al árbitro sobre un codazo de Cristiano Ronaldo a un rival sin que el balón estuviera en juego.
Tras la revisión, el silbante no dudó en mostrarle la tarjeta roja, una agresión que fue juzgada con la máxima sanción. Esta expulsión significa que Ronaldo no estará disponible para el partido decisivo en el que Portugal necesita una victoria para asegurar su clasificación directa al Mundial. Además de la suspensión automática de un partido, se especula que la UEFA podría imponerle una sanción de hasta tres juegos, lo que ha generado preocupación en el entorno de la selección portuguesa. El entrenador Roberto Martínez defendió a su jugador, argumentando que su acción fue "más una reacción que una provocación" ante las constantes faltas de los jugadores irlandeses.
La Federación Portuguesa de Fútbol planea apelar cualquier sanción adicional, con la esperanza de contar con su máxima estrella lo antes posible en su camino hacia la Copa del Mundo.













