Rodgers, de 41 años, tuvo que abandonar el campo, siendo reemplazado por Mason Rudolph. El entrenador en jefe, Mike Tomlin, confirmó el diagnóstico de una “fractura en la muñeca que no requiere cirugía” y explicó el plan a seguir: “Vamos a intentar inmovilizarla, asegurarla para que esté amortiguada en caso de una caída. Luego veremos el nivel de movimiento que tiene para saber si le permite para jugar”.
A pesar de la lesión, la determinación del veterano mariscal de campo es notable. Tomlin destacó su fortaleza y deseo de continuar en el campo, afirmando que “Aaron es el tipo de jugador que no se da por vencido.
Está forzando al máximo para jugar en Chicago, la tolerancia al dolor no es un problema para él”. Sin embargo, la incertidumbre sobre su disponibilidad para lo que resta de la campaña es alta. La posible ausencia de Rodgers es un golpe duro para los Steelers, quienes, bajo su liderazgo, marchan en la cima de la división Norte de la Conferencia Americana con un récord de seis ganados y cuatro perdidos. Mason Rudolph se perfila como el reemplazo inmediato, listo para tomar los controles del equipo mientras se define el futuro de Rodgers en la temporada.












