
El TAS confirma el regreso del ascenso y descenso para la temporada 2026-2027
El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) ha emitido un fallo que redefine el futuro del fútbol mexicano, confirmando que el sistema de ascenso y descenso regresará a partir de la temporada 2026-2027. Aunque el organismo rechazó la solicitud de seis clubes de la Liga de Expansión para su reinstalación inmediata, su decisión valida que el acuerdo de suspensión, pactado en 2020, concluirá al finalizar la temporada 2025-2026. La resolución del TAS pone fin a un periodo de incertidumbre que comenzó cuando la Asamblea de Dueños de la Liga MX decidió pausar el ascenso y descenso por seis temporadas, argumentando la necesidad de sanear las finanzas de los clubes de la división de plata. Durante este tiempo, los equipos con peor cociente en la primera división, como Atlético de San Luis, FC Juárez, Querétaro, Tijuana y Mazatlán, evitaron la pérdida de categoría pagando multas millonarias. La Federación Mexicana de Fútbol (FMF) respondió al fallo del TAS a través de un comunicado, confirmando que acatará la decisión y que la Asamblea General será la encargada de determinar las nuevas reglas y requisitos para que los clubes puedan competir por el ascenso. Además, la FMF señaló que los costos del arbitraje ante el TAS deberán ser cubiertos por los clubes que presentaron la apelación: Atlético La Paz, Atlético Morelia, Cancún FC, Mineros, Venados y Leones Negros. Este nuevo escenario abre la puerta a que equipos de la Liga de Expansión, como Atlante, Mineros y Leones Negros, que parecen cumplir con los requisitos básicos de infraestructura, puedan aspirar a llegar a la máxima categoría, aunque aún se espera la publicación de un nuevo y posiblemente más accesible cuaderno de cargos.



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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, generó polémica al amenazar con retirar partidos del Mundial 2026 a ciudades gobernadas por demócratas, como Seattle y San Francisco, si las considera inseguras. Durante su mensaje desde el Despacho Oval, Trump dijo: "Si creemos que alguna ciudad puede ser siquiera un poco peligrosa para el Mundial (...) dado que se juega en tantas sedes, no lo permitiremos. Moveremos un poco las cosas. Pero espero que no sea necesario". Trump hizo especial énfasis en Seattle y San Francisco, señalando que están gobernadas por lo que llamó "lunáticos de la izquierda radical que no saben lo que se hacen". Estas declaraciones generaron preocupación entre autoridades locales y aficionados, ya que ambas ciudades tienen estadios programados para recibir partidos del torneo. El Lumen Field de Seattle, hogar de los Seattle Seahawks de la NFL, albergará seis partidos del Mundial 2026. Por su parte, el Levi's Stadium, ubicado en Santa Clara y sede de los San Francisco 49ers, también será escenario de seis encuentros. Estos recintos son parte de las 11 sedes que Estados Unidos compartirá con México y Canadá en la organización del torneo. Trump también mencionó que medidas similares podrían aplicarse para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 2028, lo que amplió la polémica sobre la seguridad y la gestión de eventos deportivos de gran magnitud en ciudades gobernadas por demócratas. Aunque Estados Unidos coorganiza el Mundial 2026, Trump no tiene autoridad legal para cambiar la sede de ningún partido. Sin embargo, el mandatario mantiene una relación cercana con Gianni Infantino, presidente de la FIFA, quien sí tiene la capacidad de tomar decisiones sobre los lugares donde se jugarán los encuentros. Otras ciudades estadounidenses que recibirán partidos, como Los Ángeles, Nueva York, Atlanta, Houston, Boston o Philadelphia, también están gobernadas por demócratas, lo que podría generar más tensiones si el presidente decide intervenir o presionar para modificar sedes. El sorteo de la Copa del Mundo 2026 se realizará el próximo 5 de diciembre en Washington, con la asistencia prevista de Trump. La expectativa es conocer los grupos y enfrentar posibles disputas sobre la seguridad en las ciudades seleccionadas, un tema que ha ganado relevancia tras las declaraciones del mandatario. Analistas señalan que, más allá de la retórica política, cualquier cambio de sede sería complejo y requeriría de negociaciones internacionales, ya que el Mundial es un evento con reglas estrictas de organización y planificación a largo plazo.


