El primer encuentro, disputado en Oakland contra Japón, fue particularmente preocupante.

El Tricolor mostró una alarmante falta de creatividad ofensiva, registrando un solo disparo a portería en 90 minutos, lo que provocó los abucheos del público. Además, el partido se vio empañado por la lesión muscular de su capitán, Edson Álvarez, quien tuvo que abandonar el campo en el primer tiempo. El técnico Javier Aguirre calificó el resultado como "justo", reconociendo que su equipo no fue superior y fue sorprendido por la intensidad y velocidad de los nipones.

El segundo partido, contra Corea del Sur en Nashville, mostró una cara diferente.

Aunque el equipo sufrió para venir de atrás, los goles de los delanteros estelares, Raúl Jiménez y Santiago Giménez, este último con un golazo en el último minuto, rescataron el empate. Este resultado fue un bálsamo para el equipo, especialmente para Giménez, quien rompió una sequía de ocho partidos sin anotar con la selección. Aguirre se mostró satisfecho con la exigencia de ambos partidos, afirmando que "vamos en el camino correcto" y que estos duelos le ayudan a sacar conclusiones. Jugadores como Erick Sánchez y Jorge Sánchez coincidieron en que enfrentar a rivales de este nivel es fundamental para la preparación mundialista.