Este resultado adverso subraya el pésimo rendimiento del equipo como local y lo coloca ante un ultimátum en su próximo partido contra Necaxa. El Rebaño Sagrado ha mostrado una alarmante fragilidad en el Estadio Akron, donde solo ha conseguido sumar cuatro de los quince puntos posibles en el torneo, con un balance de tres derrotas, un empate y una sola victoria. Esta incapacidad para hacerse fuerte en casa ha sido un lastre que los mantiene en la parte baja de la tabla con apenas ocho unidades. La situación es tan crítica que el próximo encuentro de la jornada doble, ante el Necaxa dirigido por su exentrenador Fernando Gago, se ha vuelto un partido de vida o muerte. Una nueva derrota podría hacer que Chivas caiga hasta el decimoséptimo lugar de la clasificación general, dependiendo de otros resultados. Esto significaría que el equipo de Gabriel Milito ya no dependería de sí mismo para buscar un lugar en el Play-In, comenzando a necesitar combinaciones de resultados de otros equipos para mantener vivas sus esperanzas. La presión es máxima para un equipo que, tras la victoria en el Clásico Nacional, parecía tomar un respiro, pero la goleada ante los Diablos Rojos lo ha devuelto a una cruda realidad.