La dolorosa goleada 0-3 sufrida en casa ante Toluca y un empate sin goles contra Tigres han encendido las alarmas, convirtiendo su próximo duelo contra Necaxa en un partido decisivo para sus aspiraciones.
La situación del Rebaño Sagrado es crítica, especialmente en el Estadio Akron, donde solo ha conseguido sumar cuatro de quince puntos posibles, demostrando una alarmante fragilidad como local. Tras la derrota ante los Diablos Rojos, Chivas se ubicó en la duodécima posición con solo ocho puntos.
Un resultado adverso frente a Necaxa, dirigido por su exentrenador Fernando Gago, podría hundirlos hasta el puesto 17 de la tabla general, dejándolos dependientes de otros resultados para aspirar al Play-In. La falta de contundencia quedó de manifiesto en el partido pendiente contra Tigres, donde Efraín Álvarez falló un penal que fue atajado por Nahuel Guzmán, sentenciando el 0-0 y dejando escapar dos puntos vitales. La presión sobre el técnico Gabriel Milito aumenta, ya que el equipo no ha logrado encontrar la regularidad esperada. Aunque hay noticias positivas como el regreso de Alan Pulido a la convocatoria tras una lesión muscular, el equipo sufre bajas importantes como la de Roberto Alvarado por un esguince de tobillo y la de los juveniles Yael Padilla y Hugo Camberos, concentrados con la Selección Sub-20. El panorama es complejo y el margen de error se ha agotado para un equipo que necesita una reacción inmediata para no firmar otro fracaso.